Ay, por dónde empezar? Que tengo 27, pero pienso que tengo 28 desde los 26, no. Que me siento mal, otra vez, estando lejos de mis raíces, estando estancada en un país de robots que todo el mundo idolatra, por ahí va.
Tengo una sed que nada me la quita, ni el agua, ni el café, ni la lluvia, ni el humidificador. Siento la lengua siempre seca, como si fuera una lima, como la que mi mamá usa para sus uñas. Hoy vi mi cuerpo al intentar aprender las técnicas que quiero usar en mi día a día y me poseyó algo entre asco y vergüenza, esas palabras que dijeron mi madre y hermano en el auto cuando tenía 15 años aún me atormentan en cada movimiento de este cuerpo deshecho.
Soy un cuerpo deshecho, una abominación. Hace tiempo que no me sentía tan mal, tan asquerosa, una sensación demasiado familiar como para que se vaya, siento que esta se queda, no sé cómo botarla.
Me mueva o esté quieta, se hace más fuerte, se funde con los cimientos de mi mente, toxificando mi jardín que llevo años cuidando.
Debe ser que soy tan mala para cuidarme como soy con mis plantas, todas están vivas, pero no felices. Quizás nunca voy a ser feliz, o quizás es qe la felicidad es sólo momentos que confluyen durante una vida y nada más. Al menos tengo mis textos. Aunque ni para eso me siento buena.
La mediocridad duele cuando al crecer te hicieron pensar que eras especial, duele que tantxs me hayan alabado durante mi vida cuando la verdad es que soy otra más del montón, incapaz solidificar lo que existe en mi interior. Ni mi cuerpo, ni mi voz, ni mis palabras son suficientemente buenas, estoy atrapada en mi mente, en el aire.
Estoy cansada del aire, quiero vivir en mi barco, en la realidad, sobre el agua, tranquila. Sé cuáles son los pasos, pero tantas cosas me mantienen paralizada al borde del abismo, entre miedos y falta de recursos pienso en esas personas que se han hecho famosas y millonarias compartiendo sus talentos con el mundo, no como yo, que lo hago también, pero no soy suficiente. Me pregunto si es el miedo que me tiene acorralada o si es algo más, será que no lo merezco, o será que es suerte no más?
Cada día intento hacer lo correcto, tantas decisiones de las que soy consciente, tantos sentimientos que me derrotan porque otros hacen lo incorrecto. Porque no me vengan con que la dualidad del bien y el mal, tú sabes en el fondo, siempre que haces algo malo, tu cuerpo te lo dice, y sí, algunas acciones están en el area gris, pero la mayoría son claras como una poza de agua en total quietud.
Me siento deseperanzada y desesperada. No entiendo lo que hacen los gobiernos y no sé qué hacer con mi vida, porque tal vez lo que me paraliza es el aborrecimiento que siento contra este sistema que nos fuerza a tomar todas las decisiones incorrectas.
O quizás esa es la nueva excusa que creó mi sombra para hacerme sentir un poco menos mal por estar estancada desde que nací. Intentando protegerme de ese odio que mi madre inculcó en mi, ese que sale a flote cuando mi cuerpo de mueve pesado y cansado cuando lo que quiero es ser liviana y activa.
Filo, filo, filo. Nunca voy a encontrar una solución en todo caso, no sé ni para qué escribo cuando nada sale, nada avanza, nada crece, ni mis plantas, ni mis objetivos, ni yo. Todo está estancado y huele a putrefacción ya, igual que yo, un ser podrido por estancamiento.