20.2.23

Me rindo.



 Por fin en casa puedo ser yo, nadie se pone nervioso por mis movimientos. Descubrir que la parálisis que vivo todas las tardes es un síntoma de algo más grande me da permiso para aceptarlo. Qué pena estar siempre necesitando ese permiso y aceptación. Me mientes también cuando dices que soy más atractiva, bailarina con brazos fuertes y abdomen increíble, yo una fofa autista que probablemente nunca va a ser así de fuerte. Especialmente tú, con tu gordofobia, me dices esto? Pues no te creo, ya nada te creo.


Cómo te digo que la vi bailando hace dos años? Cómo te digo que no aguanto más? Cómo te digo que no he parado de llorar desde que pasó? Y cómo te digo que tú ya no eres tú para mi, si no todos los demás?

Eres todos los demás, ya no hay separación, eres simplemente otra mentira, otra cobardía, otro débil. Ya no creo nada de lo que dices, ya no creo nada de lo que haces, y sigo sin entender por qué lo hiciste. Según tú estoy jugando wack-a-mole, pero fuiste tú quien destruyó nuestro hogar, así que responde mis preguntas sin lloriquear. Respóndelas veinte veces cada una, con todos los detalles y más, explicarlo todo y no te quejes, porque todo esto es tu culpa, no había razón alguna para ser como todos ellos, pero lo fuiste igual. Así que ahora responde mientras lloro y me abrazas. Me preguntabas qué hacer para ayudarme: RESPONDE.



No sabes lo grande que es esta mancha, igual de cerda que el lunar en su cara, quizás deberías quedarte por allá, con esos brazos fuertes y probablemente ultra flexible. Todavía no entiendo por qué se juntaron cuando "no es nadie", pero sobre todo, por qué callaste. 

No sabes lo grande que es ésta mancha, cuando me dices que te abrace y te doy consuelo por la culpa que sientes de haberme herido... Y me consuelo a mi también, más tarde, sola, cuando llego a mi cama y lloro por horas. Qué importa al final... Nada importa en realidad.

Me hace rendirme.

Me rindo

Me rindo

Me rindo.


Me rindo, 

Y tu castigo es no verme más.