Hace días me siento así, inadecuada, o quizás durante toda mi vida. Sintiéndome incapaz de conectar realmente y hasta el día de hoy no sé como hacer y mantener amigos, sólo parejas por unos cuantos años, hasta que estamos ambos hartos del otro, peleamos por un año y nos despedimos de forma dolorosa e inadecuada. Inadecuada igual que yo.
He estado dándole vueltas a esto de la soledad, la verdad es que podría abrazarla por completo si me voy, no de vuelta, no a vivir sola. Si me voy a un lugar en la naturaleza, si al abrir mi ventana escucho el viento en un abedul, veo como brillan sus hojas al sol o como la lluvia le hidrata, en vez de otro edificio lleno de gente, en vez de bocinas de autos y motores, gritos y rabias, botellas rotas...
Al final me siento sola aquí, allá y en cualquier otro lugar, viva sola o con 8 personas más, en mi ciudad de nacimiento o en Berlín, la soledad viene conmigo y quizás abrazar mis sueños sin el miedo de la soledad tiene más sentido que sucumbir ante ellos.
Cerca de la ciudad, cien mil euros y un tanto más para un terreno y los pagos al estado (repulsivo, pero hay que hacerlo). Imagino escribiendo mi novela en ese invernadero, con una salamandra y rodeada de naturaleza, silencio y calma. Imagino cantando y bailando sin miedo a que los vecinos me escuchen, veo mis días llenos de paz - soledad, pero paz.
Si al final estoy sola igual. Me siento más terrícola que humana, animal, planta; no les entiendo y mis emociones son muy profundas, todo duele y me siento insegura porque todo es una guerra de poder, no quiero ser parte de eso: He ahí mi soledad. No quiero luchar, irme es más fácil.
Imagino un futuro con mi familia, no el que viene y voy a matar, las que ya están. Veo un sauna, un invernadero, una salamandra, hierbas, cristales, té y libros, veo velas, pasteles, comida llena de vitalidad, veo creatividad liberada, veo mi cuerpo moverse por todos lados, invisible a otros y liviano como nunca antes, veo mi voz alta, fuerte y orgullosa, cada segundo mejor. Veo materiales y herramientas, creaciones y sobre todo, esa novela que vive en mi interior y aún no nace del todo. Gestación.
Tengo miedo de estar embarazada. En Julio empieza una nueva etapa, no quiero perder más tiempo en el miedo, ni estando enferma, ni teniendo un pequeño humano: No quiero que se sienta inadecuado como yo, y sólo por vivir en mi interior por 9 meses, ser criado por mi, va a sentirse así, no quiero entregarle mi maldición: Trae gran sabiduría, gran amor y gran fortaleza, pero viene con una pena profunda que en casi 30 años de esta perra vida, no he podido apagar.
HSP, pues no creo que sea eso; TDAH, tampoco eso; Autismo, podría ser pero aún así encuentran amores y les aman tanto. Quisiera alguna vez haber sido amada así de niña, por otro ser, pues yo me amo, y jamás me voy a abandonar, veo y entiendo profundamente mi corazón y mi mente, y son el tesoro más grande que conozco.
Pero no sé relacionarme con otros tesoros sin dejar de lado el mío, sin dañarme, sin dejarme pasar a llevar, sin olvidarme de mi. No entiendo cómo otros funcionan, cómo hacen amigos, cómo ser relacionan... Sí, me caen bien, sí nos reímos, sí hacemos cosas divertidas juntos... Es eso todo lo que hay? De eso se trata?
Es que en mi adolescencia las mentes de otros eran interesantes y conversábamos de cosas que valían la pena, no sólo lo superficial, no sólo el dolor del mundo. Hoy pierdo la esperanza con cada palabra, hoy me siento desconectada de todos, inadecuada en todo lo que es social:
Hoy desearía tener un diagnóstico de autismo para tener más compasión, recibir interés, cariño. amor... No respuestas autómatas, no historias repetidas sobre tu juventud... Quisiera tu entusiasmo, tu motivación, tu iniciación de aventuras, pero tú sólo quieres sentarte en el sofá. Quisiera que me preguntaras más: me entiendes sin palabras o inventas quien soy en tu mente?
Cada día lloro menos aunque la pena, cada día, crece más.
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Todavía estoy emocionada por el futuro, con dolor, con soledad, con ineptitud, con sueños borrosos, con miedo, con demasiado miedo: Todavía tengo esperanza, todavía sueño, todavía quiero y todavía siento mi corazón en llamas por ese futuro que no sé cómo se verá, además de traerme naturaleza y calma.
Siempre quise ser ermitaña, pero fue primero el huevo o la gallina?