3.11.18

Tren

El silencio del andén era ensordecedor, calaba profundo en los tímpanos y la música de los audífonos parecía un festival. Me los quité uno a uno, las pantallas no decían nada, todos estaban quietos como expectantes, hasta que escuchamos todos el tren venir, a lo lejos, dos, tres paradas ante nosotros. Me subí y los ruidos aumentaron, volvió el festival a mis oídos y la calma que sentí a pesar de la incertidumbre. Las pantallas no decían nada, todo estaba detenido, fue la pausa, el silencio.